El aislamiento eléctrico dañado se refiere al deterioro o desgaste del material aislante que recubre los conductores eléctricos. Esta falla puede deberse a diversos factores, como envejecimiento, exposición a condiciones adversas o daños físicos. Cuando el aislamiento está dañado, pueden producirse fugas de corriente eléctrica, aumentando el riesgo de cortocircuitos, arcos eléctricos e incendios potenciales. La termografía infrarroja es una herramienta valiosa para identificar este tipo de falla, ya que permite detectar áreas con temperaturas elevadas generadas por la corriente eléctrica que fluye a través de puntos donde el aislamiento está dañado. Esto facilita que los técnicos identifiquen zonas problemáticas y tomen medidas preventivas antes de que ocurran problemas graves.
