La ejecución de una inspección visual conlleva la exposición del inspector a riesgos laborales en el lugar en que se encuentra funcionando el activo. Para mitigar estos riesgos, es necesario informar al inspector de esos riesgos a través de una evaluación de seguridad industrial que identifique los riesgos en el lugar de la inspección.
Los riesgos laborales más comunes a los que se expone un inspector son:
- Pérdida de control del vehículo.
- Pérdida de control del equipo.
- Interacción entre personas, equipo y vehículos.
- Caída de roca o falla del terreno.
- Pérdida de control en manejo de explosivos.
- Pérdida de control en maniobras de izaje.
- Pérdida de equilibrio o caída desde altura.
- Falla estructural.
- Caída de objetos.
- Contacto con energía eléctrica.
- Liberación descontrolada de energía.
- Espacio confinado.
- Atrapamiento con partes móviles.
- Contacto con sustancias peligrosas.
- Incendio (atmósfera explosiva).
La identificación de riesgos laborales o peligros en la zona donde se va a hacer una inspección visual debe ir acorde a una política de prevención de riesgos laborales de la empresa propietaria de los activos. Al diseñar inspecciones visuales, se debe hacer en coordinación con el departamento o encargado de dicha prevención. Igualmente se debe formar a los inspectores en prevención, dotarlos de equipo de protección individual y hacerles revisiones médicas periódicas.
Una vez los inspectores estén en un plan de prevención de riesgos laborales, tiene sentido darles a conocer los riesgos a los que se exponen durante cada inspección. Un plan de inspecciones visuales bien gestionado recuerda los riesgos antes de cada inspección en campo.