• Fase 1: En esta fase, el rodamiento se encuentra en perfecto estado con lo cual en el espectro sólo se aprecian la frecuencia de giro y posiblemente algunos de sus armónicos.
  • Fase 2: Aparecen lecturas de vibración a alta frecuencia, las cuales constituyen el primer indicador del inicio del deterioro de un rodamiento. Dichas lecturas se deben a impactos, provocados por un pequeño defecto, que suelen excitar las frecuencias naturales de las pistas de rodadura a alta frecuencia. Estas medidas se realizan en el espectro de aceleración en una banda comprendida entre 1 kHz y 20 kHz.
  • Fase 3: Aparecen las frecuencias características de defectos y sus armónicos. A medida que el daño progresa se incrementa tanto la amplitud de las frecuencias de fallo y sus armónicos como la vibración en aceleración a alta frecuencia. El seguimiento de su evolución nos permite planificar su cambio con la suficiente antelación.
  • Fase 4: Esta es la fase final del rodamiento. Cuando este se encuentra muy dañado aparecen síntomas similares a holguras y roces. Aparece además, ruido de fondo detectable en aceleración a alta frecuencia. Aumenta la amplitud de 1x RPM y sus armónicos y disminuyen o desaparecen las frecuencias de fallo enmascaradas en el ruido de fondo.
Figura 9.11: Fase 1 del deterioro de un rodamiento
Figura 9.12: Fase 2 del deterioro de un rodamiento
Figura 9.13: Fase 3 del deterioro de un rodamiento
Figura 9.14: Fase 4 del deterioro de un rodamiento